Uso y disfrute de la caza menor
Con el otoño se abre la veda de caza de muchas especies, la de la caza menor, por ejemplo, del 8 de octubre al 31 de enero en Madrid -o hasta el 8 de febrero en Castilla-La Mancha…-. Llevamos por tanto ya unas semanas disfrutando de piezas como las perdices, los conejos y las liebres, pero ¿sabes cómo se obtienen? ¿Cómo afecta al ecosistema? Y, lo más importante, una vez que las tenemos en casa, como las que te mandamos desde Solobuey… ¿cómo las cocinamos? ¡Que no cunda el pánico, que os resolvemos todas estas dudas!
Empezamos por la más básica: ¿qué es la caza menor? Se engloban en esta categoría aves como el faisán, las becadas, el picantón, la pintada, la pularda, la paloma torcaz, el pato, la codorniz o la perdiz; y pequeños mamíferos como conejos, liebres y hasta zorros. De hecho, cualquiera mayor que este último, ya se considera dentro de la categoría de caza mayor. Al tratarse de animales salvajes, no controlados durante su cría la mayoría de ellos -aunque algunas aves sí se crían en granjas para después soltarlas-, tienen que pasar exámenes sanitarios a posteriori, y obviamente, todos los que vendemos tanto directamente en la sección de caza de nuestra tienda online, como los que nos podéis pedir por encargo -prácticamente todos los que os hemos nombrado más arriba-, son aptos para consumo humano.
Técnicas de caza menor
La caza menor en España es una actividad tradicional que ha sido practicada durante siglos, incluso está considerada como deporte desde hace años y se puede desarrollar de varias maneras:
- Caza con perro de muestra
Una de las técnicas más tradicionales y efectivas es la caza con perro de muestra, que consiste en la utilización de perros entrenados para localizar y señalar la presencia de las presas con su hociquillo. Los perros de muestra, como el pointer o el setter, son esenciales para esta modalidad de caza. Una vez que el animal detecta la presa, se queda inmóvil, apuntando como una flecha, indicándole al cazador cuánto puede acercarse y hacia dónde disparar. Tienen que estar vacunados e identificados, y cada cazador puede llevar un máximo de 3 perros.
- Cetrería
Según la web Hunty, la cetrería es “la actividad de cazar con aves rapaces entrenadas, especialmente con halcones, águilas, azores y otras aves de presa, para la captura de especies de volatería (aves) o de tierra”. Es una de las técnicas más antiguas, pero también de las menos utilizadas actualmente debido a las restricciones, puesto que las aves tienen que estar adiestradas y entrenadas según un régimen muy estricto y estar al día con los permisos pertinentes con la Consejería de Medio Ambiente.
- Caza al salto y en mano
La caza al salto es la que realiza un solo cazador de forma activa y a pie. Si lleva perro, se denomina ‘a rabo’. Y si se realiza en grupo, es la conocida como ‘en mano’; y en ella todos los participantes avanzan juntos en línea, batiendo el terreno para levantar las presas. Esta técnica es especialmente efectiva para la caza de perdices y conejos, y fomenta el trabajo en equipo. La recompensa de presas suele ser mayor, ¡pero también hay que repartirlas!
Equipamiento básico para la caza menor
Lo primero, y más importante, ¡la licencia! Nadie puede salir a cazar -ni a pescar- sin un carnet que lo acredite como apto. Por supuesto, en España tampoco podrás tener armas sin ella, así que, si te interesa la cinegética, empieza por aquí. Si acudes a una tienda especializada sabrán asesorarte sobre el tipo de escopeta que se adapte tanto a tu nivel como al tipo de presa que vayas a cazar, y por tanto, sobre su munición. Las armas más utilizadas para la caza menor son las escopetas, que suelen ser de cartuchos de perdigones, aunque también pueden disparar cartuchos de bala o de postas.
La ropa y el calzado, tanto para caza menor como para la mayor, también han de ser adecuados tanto al clima como al terreno, y lo ideal es que te camufles con el entorno: por eso suelen ser verdes, caquis u otros tonos de beige o marrones… e incluso blanca para zonas de nieve. Busca unas botas impermeables, con buena suela y robustas, para evitar patinazos e incluso clavarte algo en los pies por ir despistado buscando la presa. Porque sí, los accidentes ocurren, y por eso es imprescindible que siempre lleves un botiquín de primeros auxilios, un cuchillo de caza por si tienes que liberarte de alguna rama o cuerda, unos prismáticos, linterna, provisiones, agua para ti y los perros si llevas, y un buen equipo de geolocalización para que te puedan rastrear si te pierdes.
Pero, ¿esto de cazar es sostenible?
Cierto que hay mucha controversia con este tema, y los animalistas dirían directamente que no, pero muchas veces la caza menor -y también la mayor- se utiliza para controlar especies invasoras y evitar destrozos en cosechas. Los conejos o los jabalíes, que son especies muy prolíferas, acaban con muchas hectáreas de terreno agrícola, y en el caso de los primeros, aunque en algunas zonas del país hay muy pocos ejemplares, en otras son plaga y es necesario controlar la población mediante el descaste, que es la acción y efecto de reducir mediante la caza, una población de animales, por lo general dañinos.
Y es que la caza puede ser una herramienta valiosa para la conservación de los ecosistemas y las especies. Al regular las poblaciones de ciertas especies, se evita la sobrepoblación y se mantiene también el equilibrio ecológico. Una buena práctica es por ejemplo la caza selectiva y la creación de reservas de caza que protegen hábitats naturales.
Ya tenemos la presa: ¿nos ponemos a cocinar?
Habrá quien se haya calzado las botas y se haya ido al monte después de leer esto, pero para los que siguen leyéndonos cómodamente desde el sofá o el transporte público, tenemos una buena noticia: no tienes que salir a buscar tus propias presas, nosotros te las llevamos a la puerta de casa. Si pinchas aquí, directamente te llega la perdiz roja que necesitarás para la receta que te damos a continuación; y si nos llamas al 915 071 509 o nos escribes a info@solobuey.com, puedes encargarnos también conejo, liebre, faisán… Venga, ¡a ponerse el delantal!
Perdiz estofada
Ingredientes:
- 2 perdices rojas
- 2 cebollas
- 2 zanahorias
- 4 dientes de ajo
- 1 hoja de laurel
- 1 vaso de vino blanco
- 1 vaso de caldo de ave
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
Paso a paso:
Limpiamos y cortamos las perdices en mitades. En una cazuela grande, calentamos un poco de aceite de oliva y doramos las perdices por todos lados. Retiramos y reservamos. En la misma cazuela añadimos las cebollas y las zanahorias picadas, y sofreímos hasta que estén tiernas. Después añadimos los ajos picados y la hoja de laurel, y cocinamos unos minutos más.
Volvemos a colocar las perdices en la cazuela, añadimos el vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol. Luego sumamos el caldo de ave, salpimentamos al gusto, y cocinamos a fuego lento durante aproximadamente 1 hora, o hasta que las perdices estén tiernas. Luego las servimos calientes, acompañadas de, por ejemplo, unas patatas de guarnición que podemos guisar en los últimos minutos en la misma salsa.