Érase una vez el buey de Solobuey
Si os sabéis de memoria nuestra web, nos seguís en redes y/o sois fans de la lectura de este blog cada viernes -gracias por todo ello, lo primero-, os habréis dado cuenta de que no hablamos demasiado de carne de buey pese al nombre de nuestra marca. Por aquí ponemos directamente a vuestra disposición a golpe de clic carnes selectas de vaca, cerdo, cerdo ibérico, cordero, aves, embutidos, loncheados, casquería, y también quesos… pero ¿dónde está el buey? Pues ahora mismo… ¡en nuestra cámara! Acabamos de adquirir un ejemplar fresco magnífico, que llega ‘hablando gallego’ y que ya estamos mimando para alegraros las Navidades desde las cocinas de cualquier restaurante del país y si os dais prisa, ¡también os lo llevamos a casa!
Mucha gente cuando escucha el nombre de nuestra empresa nos pregunta: “¿y sólo vendéis carne de buey?” Obviamente da pie a pensarlo, pero más allá de ser un nombre comercial que el jefe, Luis de Blas, creó en 1995 cuando nos trasladamos a Mercamadrid dada la demanda que había en restaurantes y otros comercios, también tiene un por qué. Y es que, aunque tenemos mucho más que bueyes, desde hace décadas Luis ha apostado por conseguir excelentes ejemplares de buey gallego para poder disfrutar de este manjar cada vez más escaso. Animales seleccionados en distintas ferias de ganado de Galicia, sacrificados y enviados a Madrid para posteriormente ser madurados y preparados en nuestras instalaciones con todas las garantías sanitarias debidamente homologadas.
Porque es cierto que estamos acostumbrados a ver en muchas cartas de restaurantes e incluso etiquetados en carnicerías con el sello de ‘carne de buey’, pero ¡ojo!, y que no os den ‘vaca por buey’, que es lo que nos encontramos la mayoría de las veces. De entrada es mucho más cara dada su escasez, así que cuando el precio sea económico, no os fieis…
Pero, ¿qué diferencia a la carne de este animal de una vaca vieja, por ejemplo, que es lo que nos suelen vender? El buey es el macho bovino castrado a los 6-9 meses de vida y que luego se sacrifica con 4 años. Antiguamente se dedicaban sobre todo a tareas de trabajo en el campo, una vez finalizada su utilidad se engordaban y sacrificaban. En la actualidad, con los avances de la maquinaria agrícola, se les ahorra el trabajo en el campo en muchos de los casos, pero imaginad lo que supone alimentar durante este tiempo a un animal de estas características con pasto (en libertad) además de cereales -cuidadosamente escogidos en sus últimos 180 días de vida, que les otorga una textura y sabor únicos-; teniendo en cuenta que no sirven para reproducir… Su cría es bien costosa, de modo que es lógico que el precio al que se venda también sea más alto. Porque además de los 1000 Kg que puede llegar a pesar, al final sólo sale como la mitad ‘aprovechable’ en carne y no todo son chuletones ya que el animal tiene, como todo el ganado vacuno, otros cortes igual de deliciosos.
Por eso cuando en Solobuey nos hacemos con un ejemplar, ¡vuela! Es muy demandado por restaurantes ya que los chefs saben que quien aprecia de verdad esta carne, paga sin problema por ella… Su sabor con respecto al de la vaca vieja también varía; la del macho castrado es es suave, tierna y exquisita.
Y os contamos todo esto porque acabamos de adquirir un buey de 950 kg de raza Conjunto Mestizo -Frisona con Rubia Gallega- criado en la Granja Vilariño en Moeche, pueblo coruñés bien conocido por sus buenas reses, donde ha sido tratado con mimo y en un entorno incomparable. Fue sacrificado el 12 de noviembre así que habrá que esperar un mínimo de 40 días para que llegue a su punto óptimo de maduración, asegurando así una calidad perfecta. Sus cortes son excepcionales y se venderán todas las piezas del animal: lomo, solomillo… incluso auténticas hamburguesas gourmet.
Os haréis una idea de la demanda… y como decíamos, la mayoría se va a grandes restaurantes de todo el país, pero si os interesa probar esta exquisita carne directamente en casa, ¡cualquiera puede llamarnos para reservar cuanto antes su pieza!