Congela y descongela como un profesional
Durante todo el año solemos congelar todo tipo de productos, y justo ahora que muchos estamos volviendo de vacaciones seguro que nos encontramos con que el arcón tiene algunos ‘inquilinos’ cárnicos que dejamos pensando en la vuelta a la rutina. Esta semana te contamos todo lo que debes saber a la hora de congelar y descongelar carne para hacerlo de la mejor manera posible y sin ningún riesgo.
Cuando compras piezas de carne frescas, como cualquiera de las de Solobuey, y no tienes pensado cocinarlas ese día o el siguiente, la mejor opción es sin duda congelarla cuanto antes. Es recomendable hacerlo en diferentes porciones dependiendo de tus necesidades, por raciones individuales o según el número de personas que vayan a comer después. Retira toda la grasa si la tuviera y envuelve la pieza en papel transparente o mételo en una bolsa de congelación para que no esté en contacto directo con el frío y evitar que se produzcan ‘quemaduras’ (estas se pueden apreciar por el oscurecimiento de algunas zonas al deshidratarse). Lo ideal es que se congele lo más rápido posible porque así se conservarán mejor todos los nutrientes y propiedades, por lo que siempre es mejor contar con un buen congelador y tenerlo a la temperatura adecuada que ronda los -17oC.
Al contrario ocurre con la descongelación, que debe ser lenta. Lo ideal es disponer de entre 12 y 24 horas y emplear la nevera, preferiblemente la parte baja ya que es el área que tiene la temperatura más alta. De esta forma, los cristales de hielo que se formaron al congelarse se derriten poco a poco y así no desaparece ni un ápice el sabor de nuestra carne.
Si has llegado a casa y te has dado cuenta de que se te había olvidado sacar la cena, no te preocupes, hay otras opciones. Puedes sumergir la pieza (aún embolsada) en agua fría e ir cambiándola cada media hora aproximadamente hasta que la carne esté descongelada. También se puede hacer en el microondas, ¡siempre en la función de descongelar y no en la normal! Utilízalo siempre en ciclos cortos y ve cambiando la pieza de posición y despegando los trozos o filetes entre sí para evitar que las partes más finas se cocinen. En cualquiera de estas dos opciones lo importante es cocinar enseguida la carne para que no pierda propiedades.
En cuanto al tiempo máximo que puedes tener la carne congelada, este varía en función del animal o el corte: la carne picada alrededor de tres meses, el cerdo unos seis meses máximo y el cordero unos ocho meses. En cuanto a las menos grasas, como el pollo o el vacuno, pueden llegar al año, mientras que la casquería no se debería tener más de tres meses reservada.
Por último es muy importante saber que no se puede congelar y descongelar repetidas veces la misma pieza. Se rompen los tejidos, se pierden nutrientes por el camino y se favorece el crecimiento de microbios, así que evita hacerlo. Si te has dado cuenta tarde y no vas a consumir algo que ya está descongelando en el frigo, lo que sí puedes es cocinarlo y congelar directamente el tupper ya preparado.