5 claves para no tirar comida estas Navidades

5 claves para no tirar comida estas Navidades

Más de un tercio de la comida que compramos acaba irremediablemente en el cubo de la basura. Estas fechas son famosas por la cantidad de platos que solemos hacer y a veces no somos capaces de reorganizar las sobras y acaban en el fondo de la nevera durante semanas y cuando nos acordamos de ellas ya no se pueden comer. Te damos unos pequeños consejos para que este año podamos decir que hemos reutilizado hasta el último trozo de turrón.  

  • Planifica tu compra para cada evento

¿Te toca cocinar todos los días de fiesta o sólo alguno? Para no tirar nada hay que empezar por controlar lo que se compra. Prepara los menús para las diferentes comidas y cenas pensando en los ingredientes necesarios para cada receta, piensa en el número de comensales, ten previsto que algún invitado puede aportar algún plato ‘de regalo’ a última hora, cuenta con las cosas que tengas ya en la despensa… Y sobre todo calcula al hacer la compra para el resto de la semana que muy posiblemente sobren cosas que puedas ir reconvirtiendo para comer los demás días. Desde Solobuey te asesoramos con las cantidades y los productos para que no hagas comida extra y las raciones queden perfectas.

  • Revisa tu nevera y estate atento a las fechas de caducidad

Lo mejor para que no se te pase nada es tener la nevera ordenada y poner los alimentos que caduquen antes en la parte delantera bien visibles. También es importante cuando vayamos a hacer la compra leer bien las etiquetas para fijarnos en cuándo caduca cada producto. Y ten en cuenta la diferencia entre caducidad y consumo preferente. En el primer caso, el producto empieza a estropearse a partir de la fecha indicada. En el segundo, solo pierde propiedades, pero no es desaconsejable tomarlo. Esta confusión conduce a una considerable cantidad de desperdicio ya que a veces descartamos por miedo un yogur al día siguiente de la fecha que señala, cuando es innecesario.

  • Reutiliza todo el pan

Es muy español poner pan en todas las comidas y cenas sea cual sea el plato. Con la mesa a rebosar de entrantes (muchos de ellos en tostas, volovanes, hojaldres) llega el segundo y no entra ni una miga. Por no hablar de la torre de mazapanes y polvorones. La cesta de pan queda incólume y no sabemos qué hacer con ella. A mucha gente se le olvida que se puede congelar –lo mejor es partirlo por la mitad porque así el día que vayas a comerlo sólo tendrás que meterlo directo a la tostadora-. También se puede hacer pan rallado, se puede bañar en huevo y freír para hacer tostadas francesas o meter pequeños croutons en el horno para acompañar un puré.

  • Conserva cada alimento a su manera

No todo se puede congelar y no todo hay que guardarlo en la nevera. Por ejemplo los embutidos –muy típicos de estas fechas- debemos volver a guardarlos en el frigorífico protegidos para que no se queden secos, salados o se estropeen. Otro caso es el de los huevos, el queso y las patatas, que no es aconsejable congelarlos porque pierden textura y sabor. Todo lo que metamos al frío debe ir bien tapado, lo mejor es usar recipientes transparentes, si lo congelas etiquétalo para que luego no haya que adivinar qué es y ponle la fecha para que no quede eternamente en un cajón. Además, lo mejor es guardarlo en raciones individuales para así solo tener que descongelar las necesarias.

  • ¡La fruta de mil formas!

Si nos hemos esforzado en comprar fruta para desintoxicarnos pero hemos acabado sucumbiendo al panettone y ya no nos queda más espacio, la fruta tiene una segunda vida. Se pueden hacer batidos con la que ya está un poco madura y nos da pereza comérnosla. Muchos frutos pequeños, como las uvas o las frambuesas, se pueden congelar y agregarlas a las bebidas o licuarlas para hacer sorbetes. También se pueden mezclar con azúcar para hacer postres, añadir a una sana ensalada o si te atreves puedes hacer mermelada.

Relacionados