¡Llegó la primavera! Con sus alergias 🤧, sí, ¡pero también muchas alegrías! Una estación que nos invita a abrir las ventanas de la cocina a nuevos aromas y sabores. En esta época del año florecen árboles y jardines, pero no todo es adornar… porque también hay flores comestibles que pueden ser protagonistas en nuestros platos, aportando un toque de color y sabor único. Combinar estas joyas de la naturaleza con carnes selectas puede dar como resultado creaciones culinarias que deleitarán tus sentidos y alucinarán a tus invitados. ¿Te atreves?

Además de ser un dilema para la elección de los ramos de novia y un suplicio para los alérgicos a según qué pólenes, las flores son vida, belleza y en ocasiones, un manjar. Porque, más allá de las alcachofas, sí, hay flores comestibles y bien ricas, que aportan no solo color, sino también sabores diferentes. Por ejemplo: las de la albahaca, que son blancas o moradas, tienen un sabor suave y son perfectas para comer en platos crudos; de las rojas amapolas se usan las semillas en pastelería y las hojas en ensaladas; mientras que las de caléndula aportan un toque picante. Las flores de jazmín son ideales para aromatizar platos y bebidas; y la borraja, que tiene unos pétalos azules muy vistosos, recuerdan al sabor del pepino.

Entre las más populares está la lavanda, que aporta un aroma inconfundible en repostería y gastronomía salada; los pétalos de rosa, que tienen un sabor muy delicado y aunque los veas adornando, también se pueden comer -normalmente todo lo que se pone en el plato, debería ser comestible…-; y hay otras como la camomila que tienen un toque dulce y relajante que conocemos y consumimos a menudo en infusiones. Ojo, ¡detalle importante para todas ellas! Una cosa es que las conozcamos y las tengamos a mano… -no son setas, vale, puede que no vayamos a confundirlas con otra especie venenosa-, pero si vamos a cocinar con ellas, tenemos que asegurarnos de que sean de origen seguro y aptas para el consumo humano como las que cultiva Innoflower por ejemplo, que tiene más de 300 referencias. No valen las de la comunidad de vecinos, porque no sabemos qué les ha echado el jardinero…

Y ahora que nos ha entrado curiosidad conociendo sus posibilidades y matices, os dejamos algunas ideas para que las combinéis con nuestros productos. ¡Al lío!

Cocinamos flores comestibles con carne

• Entrecot con pétalos de rosa y salsa de vino

El entrecot de ternera, con su textura tierna y su sabor intenso, se presta maravillosamente para ser acompañado con la sutileza de los pétalos de rosa. Para realzar este corte, nada como una salsa de vino tinto que armoniza los sabores y añade una profundidad elegante al plato.

Ingredientes:

1 entrecot de ternera

Pétalos de rosa comestibles

150 ml de vino tinto

1 cucharada de mantequilla

Sal y pimienta al gusto

Preparación:

Salpimentamos el entrecot y lo sellamos en una sartén caliente con aceite. La retiramos y en la misma sartén, con los jugos que ha soltado, añadimos el vino tinto y dejamos que reduzca a la mitad. Incorporamos la mantequilla para darle brillo y cremosidad a la salsa. Servimos el entrecot, lo bañamos con la salsa y decoramos con pétalos de rosa por encima.

• Solomillo ibérico con lavanda y hierbas frescas

El solomillo es uno de los cortes más nobles del cerdo, y hablando de ibérico, un auténtico manjar que se complementa a la perfección con el aroma de la lavanda. Esta receta es una oda a la primavera, donde las hierbas frescas juegan un papel esencial.

Ingredientes:

1 solomillo de cerdo

Flores de lavanda comestibles

Mezcla de hierbas aromáticas frescas (tomillo, romero, orégano…)

Aceite de oliva

Sal y pimienta al gusto

Preparación:

Marinamos el solomillo con aceite de oliva, las hierbas aromáticas que más nos gusten y tengamos a mano, sal y pimienta. Envolvemos en film y lo dejamos un par de horas en la nevera. Después lo sacamos mientras se precalienta el horno a 180º y horneamos -sin el film, claro- unos 20-25 minutos. Lo dejamos reposar antes de cortar para que conserve los jugos y cuando lo hayamos convertido en jugosos medallones, adornamos por encima con las flores de lavanda.

¿Y una más con toque picante?

• Pollo con caléndulas y salsa cítrica

El pollo, versátil y siempre presente en cocinas de todo el mundo, se transforma en función de aderezos, salsas y acompañamientos, como cuando se le añaden flores comestibles como las caléndulas, que como os avanzábamos, tienen un sabor ligeramente picante, tirando a amargo, y son el complemento ideal para una salsa cítrica que le va a aportar frescura y viveza al plato.

Ingredientes:

1 pechuga de pollo en filetes

Flores de caléndula comestibles

Zumo de 1 naranja

Zumo de 1 limón

1 cucharadita de miel

Aceite de oliva

Sal y pimienta al gusto

Preparación:

Salpimentamos los filetes de pollo de corral y los doramos en una sartén con aceite de oliva. Por otro lado, mezclamos los jugos de la naranja y el limón con la miel y vertemos sobre el pollo en la misma sartén. Lo cocinamos hasta que la salsa se reduzca y caramelice ligeramente. Servimos el pollo con la salsa, podemos hacer un parmentier de patata de guarnición y decoramos con pétalos de caléndula.

Estas recetas son solo el comienzo de un mundo de posibilidades que las flores comestibles ofrecen, y te habrás fijado en que la gracia es añadirlas todas en crudo, así se conservan los aromas, y sobre todo los colores de cada una, dándole alegría a cada receta. ¿Quién se anima a experimentar con estas u otras combinaciones y a descubrir los sabores únicos que pueden aportar a los platos con carne esta primavera?