Hay vida más allá de los empanados tradicionales
¿Quién no ha hecho un rebozado con pan rallado y huevo? Se trata de una técnica muy simple y socorrida, con la cual se transforma una pechuga de pollo normal o un filete de ternera, en una delicia, más calórica pero más sabrosa y crujiente. Y aunque creas que los empanados de los restaurantes son demasiado elaborados y no se pueden replicar en casa, con estas ideas te quitamos las dudas y te animamos a probar técnicas nuevas.
Existen muchos tipos de empanados y los hay para todo tipo de paladares, carnes, pescados, verduras e incluso dulces. En Solobuey -como no podía ser de otra manera-, tenemos unos filetes de pechuga de pollo de corral que están buenísimos a la plancha, así que imagínate con un estupendo rebozado. Y también filetes de ternera de Ávila que te dejarán sin sentido.
Aparte de nuestro rebozado habitual existen algunos internacionales muy ricos: el inglés, el milanés y el francés. El empanado a la inglesa consiste en enharinar la pieza y antes de pasarla por el pan rallado y rebozarla en salsa inglesa para fritura, de ahí su nombre. Se trata de huevo batido con aceite y a veces un poco de agua, leche o cerveza, y especias. Por su parte, el empanado a la milanesa se pasa primero por harina, después huevo y finalmente por una mezcla de pan rallado y queso parmesano. Y por último, a la francesa, que lleva mantequilla y pan rallado.
Otra idea para innovar puede ser sustituir el pan rallado por otros ingredientes, si tienes amigos o familiares celíacos es una gran idea para que puedan probarlos: panko, copos de maíz, quinoa, patatas fritas de bolsa machacadas, frutos secos molidos, semillas… Son ideas que dan mucho juego y aportan diferentes sabores. En cuanto a las harinas, existen de muchos tipos: de garbanzo, lenteja, arroz, espelta…
Si prefieres quedarte con el pan rallado de toda la vida puedes añadirle especias o hierbas aromáticas. El perejil o la pimienta son muy comunes pero… ¿qué tal mezclar curry o pimentón con el pan? Además de un sabor potente conseguirlas un color muy llamativo en tus platos. También puedes probar con comino, mostaza molida o ralladura de limón.
Además, como ya os contamos en nuestro blog hace un par de semanas, para obtener sabores diferentes y matices nuevos, puedes probar a marinar la carne antes de empanarla. Su textura también cambiará y se volverá más tierna y jugosa.
Y si te parece que los filetes empanados son demasiado porque además de los hidratos también van fritos, puedes probar a hornearlos o hacerlos en una freidora de aire y así evitas que absorban el aceite. ¡Ya no tienes excusas para rendirte a cualquiera de estos riquísimos rebozados! ¿Cuál es tu favorito?