Todo sobre el Carnaval, el porqué del ‘carnem levare’
Disfraces, bailes, música y sobre todo mucha diversión, ¿os suena de que día estamos hablando?¡Carnaval! Ya estamos en plenas fiestas, de las más importantes y festejadas en todo el mundo, que une y llena de alegría a pequeños y mayores.
Pero ¿sabéis la historia de esta fiesta tan popular o cuál es su relación con la religión, la carne o los platos más típicos que podemos encontrar en estas fechas? Hoy os contamos en detalle todo lo que tenéis que saber sobre el carnaval:
Orígenes
Lo primero es conocer cómo surge esta festividad que se remonta a más de 5.000 años atrás, con celebraciones en Sumeria y el Antiguo Egipto.
Los campesinos sumerios, la civilización más antigua del mundo, hacían una gran hoguera a la que acudían con disfraces, pidiendo deseos a los dioses para que expulsaran a los malos espíritus de sus cultivos.
En el Antiguo Egipto llevaban a cabo un ritual parecido para venerar al dios Apis de la fertilidad. Más tarde, los griegos adoptaron esta tradición orando a Dioniso, dios de la fertilidad y el vino, al Dios -o Rey Momo-, de la ironía, la sátira, el sarcasmo y las burlas y en Roma hicieron lo propio con su equivalente, Baco. En esta época, llevar máscara era un pretexto válido para cometer todo tipo de excesos y desmanes en nombre de estas deidades.
Con el paso del tiempo, ya en el siglo XV, los navegantes españoles y portugueses llevaron esta celebración a América donde se sigue celebrando por todo lo alto.
‘Carnevale o Carnem levare’
Etimológicamente, la palabra Carnaval proviene del latín, ‘carnem levare’, que se compone de la palabra ‘carne’ (carne) y el verbo ‘levare’ (quitar), es decir, “quitarse o despedirse de la carne”. Hasta ese día, todo valía.
La Edad Media europea se caracterizó por tener una sociedad profundamente religiosa, en la que la Iglesia tenía un gran poder. Durante el tiempo de Cuaresma, la población debía guardar un ayuno y abstinencia sexual durante los 40 días antes del Jueves Santo. El carnaval, en la sociedad cristiana medieval, tuvo mucho auge y se celebraba los tres días previos a dar inicio a la cuaresma (el miércoles de ceniza), como una forma de coger fuerzas a través de grandes banquetes centrados en el consumo de carne y dejándose llevar por otro tipo de excesos, de carácter sexual en muchos casos, de manera que les permitiera ‘resistir’ durante la Cuaresma.
Disfraces y máscaras
Como se puede suponer, estas fiestas eran muy aclamadas, ya que había mucho desmadre y barra libre de ‘pecados’. El hecho de disfrazarse o usar máscaras, se extendió para guardar el anonimato, puesto que esta “despedida de la carne” hace referencia tanto a la de comer como a la de ‘catar’…, consideradas dos de las mayores tentaciones y placeres. ¡Viva el #deseocarnal!
La fiesta en la actualidad
Hoy en día, el carnaval ha dejado a un lado la influencia religiosa y se ha convertido en algo más lúdico y divertido, con desfiles, fiestas de disfraces, bailes y música, pero el Miércoles de Ceniza sigue marcando el comienzo de la Cuaresma para los creyentes.
El Carnaval se celebra en multitud de partes del mundo: Italia hace historia cada año con uno de los más bellos y elegantes, con el Festival de Venecia; en España se celebran por todo lo alto, sobre todo en Cádiz y Santa Cruz de Tenerife; en Nueva Orleans está el conocido como “Mardi Gras”; y en Río de Janeiro prácticamente se paraliza el país durante 10 días con desfiles en el Sambódromo y fiestas continuas que además llenan las calles de cultura, música y color.
¿Y qué se come en Carnaval?
En España, carnaval y gastronomía son conceptos ligados y se aprovecha para darse buenos homenajes de carne, sobre todo de cerdo, con platos como lacón, botillo u oreja, además de potajes con abundantes proteínas cárnicas y mucho embutido como chorizo, morcilla, tocino…
En Aragón el carnaval no comienza hasta que disfrutan de un plato de longaniza al puchero. En Extremadura la receta estrella es la sopa de Antruejo un contundente plato de cuchara que incluye pan, cebolla, codillo, chorizo y huevo cocido.
En Cataluña no faltan embutidos como el fartit, hecho de estómago de cerdo, carne picada, huevos, uvas pasas y pan o la butifarra; la forma más tradicional de comerlo es en tortilla.
Los postres también tienen su punto y suelen ser muy azucarados, como los buñuelos de Águilas en Murcia, filloas y casadielles en el norte de España y sopa de miel en Canarias.
Ya le hemos puesto historia, color y sabor a esta fiesta que en algunas zonas se vive con pasión y en otras simplemente marca el comienzo de una etapa de abstinencia. Por cierto, como dato: lo que se dice que es ‘pecado’ los viernes de vigilia, son los excesos o ‘lujos’. La interpretación se llevó a la carne, pero seguro que nadie va a ir al infierno por alimentarse con uno u otro ingrediente unos días concretos del año. Independientemente de lo que comáis estos días… ¡no dejéis de disfrutar del Carnaval!