Carne de pato: proteínas de buena calidad y vitaminas esenciales

Carne de pato: proteínas de buena calidad y vitaminas esenciales

La carne de pato se posiciona cada vez más como una excelente opción para incluir en nuestras dietas, y aunque comprar carne de pato online, todavía no ha llegado a su máximo esplendor, cada día somos más los que disfrutamos de sus beneficios, sin tener que salir de casa.

Si ya la has probado, estarás de acuerdo en que la carne de pato tiene una consistencia y un sabor bastante peculiares, pero no es eso todo lo que la caracteriza, la carne de pato posee gran cantidad de proteínas de alto nivel biológico, y vitaminas esenciales para nuestro organismo.

Empezando por lo fácil, los cortes de carne de pato que podemos adquirir para preparar en nuestras cocinas –o solemos probar en un restaurante– normalmente son:

  • Pechugas:Magret, de pato y ocas criados para la producción de foie.
  • Muslos: en confit. Más grasos que las anteriores y de color algo más oscuro.

Si aún no la has incluido entre tus recetas habituales, porque no conoces sus beneficios, te contamos por qué es saludable comer carne de pato.

La carne del pato es magra

El pato entra dentro de la categoría de las carnes blancas magras. Su característica principal es que sus cortes, prácticamente carecen de tendones, cartílagos, venas o tejido graso.

Por lo tanto, se le llama magra a la carne animal compuesta casi en su totalidad por fibras musculares, y por ende, su contenido de grasa es muy bajo y su porcentaje de proteínas más elevado que otros tipos de carnes.

La carne magra puede ser tanto blanca como roja –aunque no todo el mundo lo tiene claro–. Procede de mamíferos, pescados o aves, y es aquella contiene menos de 10 g de grasa total , menos de 4,5 g de grasa saturada y menos de 95 mg de colesterol, por cada 100 g de peso.

Queda claro que, popularmente, conocemos la carne magra como una carne con poca grasa, pero cada país presenta sus propias leyes, en la que se establecen los criterios que la definen como tal.

Existen organizaciones internacionales que establecen estos criterios, junto con las legislaciones específicas. Un ejemplo es Food and Drug Administration –FDA–, que establece estos criterios teniendo en cuenta:

  1. Contenido en grasa total.
  2. Grasa saturada.
  3. Colesterol.

Propiedades nutricionales de la carne de pato

Las cualidades nutritivas de la carne de pato la convierten en un alimento recomendable –consumido siempre sin piel y con moderación– tanto para niños, como adultos y mayores –no nos gusta llamarles ancianos–.

Proteínas: la carne de pato nos proporciona proteína completa, que quiere decir que su perfil de aminoácidos incluye todos y cada uno de los que necesitamos en nuestras dietas.

La carne de pato contiene 19 g por cada 100 g de proteínas de alto valor biológico, que funcionan creando nuevas proteínas en nuestro organismo, responsables de construir tejidos como la masa muscular, o regular nuestros fluidos.

Vitaminas: al ser una carne blanca, aporta vitaminas esenciales, destacando las del grupo B –relacionadas con el metabolismo celular–, como la tiamina –B1–, piridoxina –B6–, ácido fólico –B9– y cobalamina –B12–. Aparte de vitaminas C, A, D y E

Minerales: la carne de pato contiene hierro de fácil absorción, calcio, zinc, potasio, magnesio, fósforo, cobre, hioluro y selenio, para mantener el buen funcionamiento del cuerpo y garantizar la formación de los huesos, la regulación del ritmo cardiaco y la producción de las hormonas.

Defensas para la dieta: al ser una carne magra –una vez que le quitas la la piel– aporta nutrientes que elevan nuestras defensas, por lo que es ideal para conseguir energía si haces una dieta reductiva, y con solo 84 mg de colesterol por cada 100 g.

Una sola ración –170 g– de carne de pato, nos aporta gran cantidad de proteínas –33,3 g– de alto valor biológico, y solamente el 6% de su carne –sin piel–, contiene grasa.

Importante y a tener siempre en cuenta

Habrás ido leyendo durante el post que hemos concretado en varias ocasiones que se debe retirar la piel del pato. Bien, esto es porque aunque la piel de pato crujiente te resulte altamente atractiva y deliciosa, está llena de grasa saturada que puede aumentar tu nivel de colesterol.

El origen de la gastronomía del pato

Las primeras referencias escritas que han llegado hasta hoy, corresponden con el libro De re coquinaria, de Apicio, gastrónomo y escritor romano del siglo I d. C., en el que habla sobre la elaboración de diferentes recetas con esta ave.

La carne de pato de Solobuey

Nos proveen desde Francia de patos de la raza Mulard, un híbrido resultado del cruce de un macho Muscovi y una hembra Pekín. Es más magro que sus progenitores y al sacrifico, su hígado tiene más peso –de 500 a 800 g–.

El Mulard es un pato mudo y estéril, y actualmente el más reconocido para la producción de foie, en el caso de los machos, y de carne –más fina y con menos grasa– en el de las hembras.

Suele pesar entre 5 o 6 kg , y unos 3 kg una vez sacrificado y limpio para su consumo. Su crecimiento es de 12 semanas en el campo, alimentándose de pienso y a partir de ahí, se embucha durante 15 días exclusivamente con maíz.

Tradicionalmente, el foie se producía casi en su totalidad del hígado de ganso, pero en la década de los ’60, los agricultores comenzaron a criar Mulards. El motivo fue que los gansos son más caros y difíciles de mantener, al ser más grandes y mucho más agresivos que un pato.

En la actualidad, Francia, principal productor y consumidor de foie, ya supera el uso de patos híbridos al de gansos.

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