La carne de cerdo está muy presente en nuestros platos, es un producto al que acudimos frecuentemente porque gusta a todos. La que más se hace notar es la ibérica porque su fama da un extra a las recetas, pero la carne de cerdo blanca realmente es la más presente en nuestra rutina. Económica, sana, muy versátil y fácil de cocinar. Por ello hoy hablamos de sus propiedades, características, beneficios y hasta os damos tips para cocinarlas, ¡y que nadie piense que por ser barata es ‘peor’!

 Seguro que habéis oído el dilema de si es mejor la carne blanca o la roja… En el caso porcino, la clasificación de su carne depende de la edad del animal, la alimentación que haya tenido y la pieza que se vaya a consumir. Por ello se dice que está a caballo entre la blanca y la roja. Esta diferenciación se asocia también a su color, claro, que depende de la cantidad de mioglobina que haya presentes en las fibras musculares. Los músculos que más se contraen y relajan -como las patas- necesitan más oxígeno, por lo que esta proteína está más presente. La carne de las extremidades es por tanto más oscura que la de otras piezas como por ejemplo el lomo.

La diferencia nutricional entre ambas es la cantidad y calidad de la grasa -aunque la del ibérico es un caso aparte-. En términos generales, para una dieta óptima y bien variada se recomienda un consumo de tres o cuatro raciones semanales de carne. De entre las dos categorías, se considera más saludable el consumo de carne de cerdo blanca porque el valor nutricional es similar y además de contener menos grasas, también tiene menos purinas.

Características de esta carne

La composición nutricional de la carne de cerdo varía según el corte, pero siempre tiene proteínas de alto valor biológico. Un moderado aporte graso, donde priman los ácidos grasos insaturados, zinc, fósforo, potasio y alto contenido en vitaminas del grupo B. Además de que, tratándose de la blanca, aporta microorganismos que facilitan la absorción, hacen que la digestión sea más rápida y se haga un menor gasto enzimático.

Una de estas piezas de carne de cerdo blanca es el lomo. La parte que a todo el mundo gusta -desde los más pequeños de la casa hasta los mayores-, porque tiene poca grasa y conserva mucho el sabor. Es uno de los cortes más magros del cerdo y tiene multitud de formas de ser cocinado. Su hermano es el solomillo, de textura suave, jugoso -si no lo sobrecocinamos-, aroma exquisito y un sabor que es todo un pecado carnal. Si ya estás salivando, un poquito más abajo te recordamos una de las formas más exquisitas de prepararlo…

Otra pieza blanca que siempre es protagonista en las barbacoas son las costillas. Un corte estrella por su sabor ¡y porque nos encanta eso del finger food! -aunque acabemos con las manos manchadas, pero así es como más se disfrutan…-, que resulta ser la combinación perfecta entre carne magra y grasa. Por supuesto, los pinchos morunos son siempre un must en cualquier reunión junto con las chuletas de cerdo, que nos salvan de un apuro vuelta y vuelta a la plancha cuando no tenemos cena.

Recetas con carne de cerdo blanca

Ya os hemos dicho que esta carne es muy versátil, además de económica, así que nos metemos de lleno en la cocina con algunos cortes y os dejamos unas cuantas ideas de platos con carne de cerdo blanca con las que el éxito está asegurado.

• Solomillo Wellington. Qué bien que has llegado a la mejor parte. Ya te hemos dicho que uno de los cortes más recomendables por su ternura y alto valor en proteínas es el solomillo de cerdo. Y con él se hace una de las recetas más típicas y elegantes de la Navidad. Además de esta pieza de carne blanca magra, vas a necesitar un poco de mantequilla, unas cucharadas de mostaza, lonchas finas de jamón serrano, láminas de hojaldre, yema de huevo, AOVE, flor de sal y pimienta recién molida. Prepara también champiñones y chalotas grandes para la duxelles. Esta exquisita receta seguro que te suena porque la hicimos las navidades pasadas siguiendo los consejos de Cocina Francia, pero es que es pecado no repetir y así la tenemos presente para esas fiestas, que están ya a la vuelta de la esquina. Te recordamos el paso a paso en nuestro Instagram.

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  El Solomillo Wellington de Cocina Francia

  Libritos de lomo rellenos. Todo un manjar para los peques de la casa. Una cena en la que repiten seguro. Se necesitan 8 filetes de lomo de cerdo en libro, 8 lonchas de jamón cocido grandes, 8 lonchas de queso, 4 patatas grandes para hacerlas al horno, y por supuesto, pan rallado y huevos para hacer el crujiente empanado. Toda una perdición. Aquí os dejamos más detalles para que os quede de rechupete.

• Patatas con costilla adobada. En cuanto llega el frío nos apetece empezar a comer calentito y de cuchara y como las costillas no son solo para la barbacoa… Este rico guiso lleva costilla de cerdo adobada troceada -que aporta jugosidad y sabor-, patatas, cebolla, pimientos, vino blanco, caldo de carne, aceite de oliva virgen extra y sal. Lo podéis hacer al chup chup pero también en una olla rápida en un periquete. Fácil y para toda la familia. Es un plato muy completo y muy de otoño. ¿Os animáis?

Pues ya habéis podido comprobar lo fácil de cocinar y versátil que es la carne de cerdo blanca. La que nunca defrauda porque su precio es apto para todos los bolsillos y el resultado, para todos los paladares. Nuestra fiel compañera en la cocina del día a día, en las reuniones informales y también para las fiestas de largo. ¡Qué sano y sabroso tenerte 🐷!