Conviértete en un experto en pimienta
La pimienta es uno de los condimentos que mejor le vienen a la carne y dependiendo de lo ‘valiente’ que seamos, le podemos añadir más o menos. Pero… ¿sabes cuántos tipos de pimienta hay? Esta semana te traemos un listado de las más famosas y sus características para que la próxima vez que cocines sepas cuál le puede venir mejor a tu receta y te quede un resultado de 10.
La pimienta es uno de los condimentos omnipresentes en las despensas españolas aunque antiguamente las especias eran un bien muy escaso y costoso. En la Edad Media, la pimienta llegó a utilizarse para pagar impuestos y, desde mediados del siglo XV, los exploradores empezaron a buscar su propia forma de conseguir traerla al viejo continente sin tener que pagar a los dueños de las rutas establecidas.
Estamos acostumbrados a comprarla en polvo o a ver botes con mezcla de diferentes colores, pero es importante saber que cada una es muy diferente aunque las agrupemos en la misma familia. De hecho, muchas de ellas no son pimientas como tal aunque las denominemos así, pero suelen identificarse de esta forma por su sabor.
Las tres más conocidas -verde, negra y blanca- son las que produce el árbol tropical Piper nigrum, originario de las selvas ecuatoriales y tropicales de la India, en particular de la costa de Malabar. Tienen diferente color pero se trata de la misma baya recogida en diferentes momentos. Cuando es de color verde, es porque está sin madurar y se ha deshidratado, es entonces cuando tiene un sabor fresco y suave. Su agradable toque afrutado la convierte en un aditivo excepcional para postres con queso.
Las negras -las más habituales- se han recuperado al inicio de la maduración y se han secado al sol, y tienen un sabor picante y son muy aromáticas. Al ser tan común, los platos en los que se puede utilizar son muy variados, pero por lo general es perfecta para salsas y, si la utilizamos molida, dará ese último matiz a nuestras ensaladas, carnes y verduras. Prueba a hacer una salsa cremosa para tus solomillos. Por último las blancas son las que ya están maduras y se someten a un proceso de ‘curado’ en el que se elimina la cubierta exterior poniéndolas a remojo, y son las más picantes de las tres. Su uso suele centrarse en condimentar alimentos para realzar su sabor, unos filetes de ternera o unos de pollo pueden ser perfectos. No tan conocida es la roja, que se elabora a partir de las mismas bayas pero muy maduras. Es mucho menos común y perfecta para paladares exigentes.
En cuanto a la rosa, realmente no es una pimienta como tal, se trata de las semillas de un árbol llamado Schinus terebinthifolius Raddi, y no son picantes sino que aromatizan las comidas -ideales para aquellos que no quieren que pique pero que sí aporte un toque aromático a las comida-. Eso sí, con esta no hay que exagerar, pues en cantidades excesivas, puede ser tóxica. Con unas cuantas bayas, un poco de nata y un poco de caldo de pollo, puedes hacer una salsa suave y delicada para acompañar unas alitas de pollo.
Muy exclusiva es la denominada pimienta melegueta, pero… tampoco es una pimienta. Realmente es una planta de la familia del jengibre que llegó a Europa desde África y se ganó el apodo de ‘granos del Paraíso’, por lo complicado que era conseguirla. Su sabor y aroma recuerda al de la pimienta, pero también tiene toques de limón, cardamomo y de cúrcuma.
Más conocida e internacionalizada es la pimienta de Jamaica, que es la baya seca de una planta autóctona del Caribe y Latinoamérica. El aspecto de los granos es bastante parecido al de la pimienta negra, pero su aroma es una mezcla de nuez moscada, clavo de olor, canela y pimienta. Por todos estos matices es ideal para añadirle a tu receta de magret de pato.
Otra que tampoco es una pimienta y que es solo apta para valientes es la de Sichuan, muy característica de la gastronomía china. En realidad procede del árbol cítrico fresno Espinoso, autóctono de la zona montañosa que le da nombre. Es muy potente e incluso deja la lengua adormecida si se mastica en solitario. Por eso, en la medicina tradicional china se utilizan para diversas dolencias. Si quieres probarla, en un guiso de ternera irá estupenda, ¡recuerda no echarle demasiado!
Ahora que ya conoces algunos tipos, te animamos a que las utilices como un auténtico profesional porque son además de ser una especia estimulante, digestiva, diurética y antioxidante, están de lujo. Eso sí, siempre hay que comprarla en granos, conservarla en un lugar fresco y seco, y molerla al último momento para rematar un plato o justo antes de servirlo. Con un molinillo o un mortero puedes crear tus propias combinaciones dependiendo de tus gustos… ¿te animas?