Nuestro ‘yo interior’ celebra la Navidad con las burbujas del champagne Lacourte Godbillon Premier Cru

Nuestro ‘yo interior’ celebra la Navidad con las burbujas del champagne Lacourte Godbillon Premier Cru

En estas fechas hay que dejarse llevar… disfrutar comiendo y bebiendo -que ya vendrán los propósitos en enero- y valorar lo que tenemos. Solo hay que abrir los ojos para darnos cuenta de lo afortunados que somos.

Mira que está la ciudad bonita con tantas luces, flores de Pascua, el árbol de Navidad, Papá Noel por todos -y digo- por todos los sitios, todo blanco por la falsa nieve y gente que se abriga como si esa nieve fuera de verdad… Y es que la Navidad es así, hay gente que la detesta, otra que la aborrece, a quien le deprime y otros a los que les fascina…

¡A veces pienso cómo la gente no es capaz de impregnarse de esta magia, es casi imposible, aunque -lamentablemente-, muy comprensible!

Puede que en cierto modo sea algo nostálgica y melancólica, pero hay que echar la vista atrás y recordar que no siempre fue así y puede que te toque tener la responsabilidad de dar un pequeño cambio para que estos días tampoco sean tan malos… Yo soy de las que piensa que siempre hay un niño dentro de nosotros y en Navidad debes sacarlo un poco y dejar que se vuelva algo caprichoso, aunque sea para comer turrón.

¡Sííííííí! La Navidad es mágica y consigue que seamos algo más sociables, incluso cariñosos. A veces nos cuesta escuchar un simple ‘buenos días’ o un ‘hasta pronto’ y ahora de repente no paras de oír ‘felices fiestas’, ‘Feliz Navidad’. Incluso creo que alguno pone la voz del mítico Papá Noel… ¿o no?

Y me pregunto por qué la gente no es así de maja durante todo el año -hay casos y casos, eh…-. Habría que reflexionar un poco y pensar por qué sacamos este don en ocasiones especiales, con lo bonito que sería que siempre fuera así.

Bueno, también es cierto que comprar en Navidades mola, estrenar ropita nueva por ejemplo y por cierto, este año el ‘brilli-brilli’ se ha pasado un poquito, deberíamos brillar con luz propia y me da que este año los destellos van a ser como luces del radar por la M-30.

Comprar regalos y emocionarte al pensar en la cara de tu amigo invisible cuando abra tu súper regalo y que tu yo interior salga, te de una palmadita en la espalda y te diga: “este año tu regalo va a ser el mejor con diferencia, porque tú MOLAS“.  Es cuando sales de la tienda con tu mejor sonrisa y dices: ¡sííí, este año triunfo!

Pasar de la dieta porque ya es diciembre, fiestas y fin de año y bla bla blá y que tu yo interior salga de nuevo para prometerte que en enero empieza la súper dieta, con tu gym, con esas caminatas por la montaña los domingos y los días de clausura y fuerza de voluntad al decir: “NO, hoy no salgo, me quedo en casa a tomar una ensalada, ver Sálvame Deluxe, tomarme una infusión y mañana madrugar para ir a caminar por la montaña a -3ºC…” Me encanta mi yo interior, la pena es que en enero el mío debe de irse de vacaciones, por que no lo encuentro por mas que le llamo. ¡¡¡En fin!!!

Cuando toda la gente que quieres se reúne…

Y reunirte con los tuyos es maravilloso. Esto sí es mágico, tal vez triste por los que no están y deberían estar siempre, pero como la vida es así de caprichosa y en cierto modo también los deben querer allí arriba para que se monte una buena, tienes la responsabilidad de que estos ratos en familia sean lo más bonitos posibles, y si te pones a pensar y reflexionas, verás que tienes lujos alrededor de la mesa, que a veces no puedes tener todos juntos y en estas fechas lo consigues… Gente que quieres, besos, risas, comida, comida, comida, comida, postres y turrones.. ¡Venga ya! Y en mi caso, que soy muy de burbujitas y de buen comer -porque mi yo interior también quiere su parte y no veas como come…-

Este año sorprenderé a mi familia con un aperitivo de mousse de foie de canard y con cochinillo y cordero lechal, todo de Solobuey. El cochinillo lo haré de manera muy tradicional, que de algo me sirva un libro que heredé de mi abuela Josefa de Cándido y su asador. No os podéis imaginar como le salía a mi Yaya, seguiré sus pasos. He de confesaros que será toda una aventura, ya que cuando yo le pedía a mi Yaya las medidas de cada cosa, su respuesta era: “pues a ver hija, lo que el cochinillo te pida”. Y al lechazo le daré mi toque ‘CarmenDiem’ con un poquito de jugo de naranja valenciana y pebrella, en honor a la Terreta.

Y brindaremos. Pero no brindaré solo en el postre, quiero brindar toda la noche, creo que seré extremadamente pesada, y brindaré por todo. ¡Con un maravilloso champagne que se llama Lacourte Godbillon Premier Cru, disponible en Vinoteca Tierra y que descubrí gracias a mi amiga Isabel, amante de las burbujitas también (vaya dos nos hemos juntado…), que me fascinó por su gran intensidad aromática, con aromas de almendra dulce y brioche pero fresco, agradable, sutil y muy concentrado en boca, con toques de fruta blanca y una delicada acidez que consigue que no dejes de seguir disfrutándolo en cada momento. Con cada sorbo descubrirás que es apto para cualquier bocado, desde el aperitivo hasta aterrizar con lo más dulce, y es que tiene unas burbujas tan elegantes que tu gente descubrirá que has sido una gran anfitriona -y parte se lo debo a mi yo interior, que a veces se porta algo mal pero no le voy a restar merito, ¡es necesario en mi vida!-.

Mi yo interior y yo misma os deseamos unas felices fiestas, que comáis, bebáis y disfrutéis de lo que tenemos alrededor, que por poco que os parezca, es más de lo que creemos.

¡¡‘CarmenDiem’ para todos!!

 

Carmen González
Maitre y Directora de Operaciones
Restaurante Zalacaín

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