Carnes de caza Solobuey: venado, jabalí y perdiz

Carnes de caza Solobuey: venado, jabalí y perdiz

Las carnes de caza Solobuey proceden de animales esbeltos, robustos y bien conformados que viven en libertad en campos de Castilla La Mancha y resto de la Península Ibérica, alimentándose de bellotas, castañas, bayas, raíces, cereales, hongos, frutas caídas, flores, trigo, semillas, hierbas y gramíneas.

Si eres fan del mundo cinegético, sabrás que las órdenes de veda varían según la provincia, aunque todas se aproximan en fecha. La temporada de caza para el venado y el jabalí –caza mayor– comienza a principios de octubre y finaliza a finales de febrero, y veda de la perdiz –caza menor– empieza unos días antes.

Desde Solobuey, te aconsejamos consumir las carnes de caza frescas, en su época de caza, aunque a día de hoy, ya las puedes conseguir congeladas durante todo el año, para que no te prives de tus guisos de deliciosas carnes alternativas.

PROHIBICIONES: Este 2018, en Guipúzcoa y Vizcaya, el jabalí sólo se podrá cazar el fin de semana en la primera, y únicamente los domingos en la segunda. También queda prohibida la caza de venado, gamo y corzo, el cual tampoco se podrá abatir en Cuenca.

Carnes de caza Solobuey

En busca siempre de los mejores cortes que ofrecerte, hemos seleccionado los tres más deliciosos y demandados por el consumidor. Hablamos de lomo, solomillo y ragú. Ambos disponibles tanto en venado como en jabalí.

Aparte de estos cortes, también te mostramos las cualidades de la perdiz roja, cuya caza es reconocida mundialmente, siendo la zona de Castilla La Mancha, la elegida como destino de caza y tiro en España.

Propiedades de la carne venado

La carne de venado es una carne roja, muy buena fuente de proteínas, mientras que, a diferencia de otras carnes, es escasa en grasas, especialmente saturadas, y una excelente fuente de hierro bien absorbido, con menos calorías y grasa.

Proporciona el 60% del valor diario de vitamina B12 – ligada al correcto funcionamiento del sistema nervioso, del cerebro y del sistema circulatorio–, así como buenas cantidades de otras vitaminas del grupo B –encargadas de producir los alimentos en energía que aprovechará el organismo–.

Nos aporta el 40% necesario diario de rivoflabina –implicada en las reacciones de producción de energía para los procesos biológicos, y favorece la formación de anticuerpos y glóbulos rojos–.

La riboflavina en la carne de venado puede ayudar a reducir la aparición de ataques de migraña al mejorar el metabolismo energético de las células de quienes las padecen.

Se ha demostrado que la niacina –vitamina B3–, presente en la carne de venado, reduce el riesgo de desarrollar osteoartritis hasta en un 50%. Al igual que las otras vitaminas del complejo B, la niacina es importante en la producción de energía.

La vitamina B3 es esencial para la conversión de las proteínas, grasas y carbohidratos del cuerpo en energía utilizable. La niacina también se usa para sintetizar almidón que se puede almacenar en los músculos del cuerpo y el hígado para su uso final como fuente de energía.

Beneficios de la carne de jabalí

La carne de jabalí es una acertada elección como alternativa a la carne de cerdo y se reduce muy poco al ser cocinada.

Al igual que la de venado, se encuentra dentro del grupo de las carnes rojas, y al contrario de lo que popularmente se cree, es una carne muy magra, por lo que su contenido en grasa es escaso.

Es rica en proteínas de alto valor biológico, minerales como el sodio, potasio y magnesio y vitaminas del complejo B –esenciales a la hora de conseguir un estado adecuado del organismo–.

Es un aporte de vitamina B3, beneficiosa para el sistema circulatorio, y ayuda al buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso, gracias a sus cantidades de vitamina B12. Con su contenido en selenio, refuerza el sistema cardiovascular y ayuda a nuestras defensas.

Además, la vitamina B3 –niacina– puede ayudar a reducir el colesterol y es recomendable para combatir enfermedades como la diabetes, la artritis o el tinnitus–.

La carne de Jabalí tiene un contenido de colesterol de 45 mg por cada 100 g de carne, mientras que el vacuno tiene 71 y el cerdo 80, y hasta un 12% menos de calorías que la carne de vacuno, y hasta un 20% menos de calorías que el cerdo.

Carnes de caza Solobuey1

Cualidades de la perdiz roja

Dentro de la caza menor, la perdiz – junto con la codorniz– es una de las piezas más abundantes y consumidas en España.

Existen dos variedades: la perdiz roja, con un dorso grande, vientre y patas rojas y la garganta blanca. Y la perdiz gris, mayoritaria en nuestro país en la que, aparte de estos colores, le sobresale una mancha marrón en el pecho.

Al ser carne de caza, – o sea carne roja, a pesar de que la mayoría de aves son carne blanca– posee unas características organolépticas peculiares: un color rojo más oscuro, potenciada con la edad, y un olor y sabor más intensos.

Normalmente, las hembras son más sabrosas que los machos y su cocinado dependerá básicamente de la edad de la pieza. Se suelen preparar estofadas o escabechadas a tapa cerrada, de manera que la carne se hace en su propia grasa, intensificándose así su aroma.

La perdiz es un ave silvestre –con menos grasa que las de granja, debido a la energía que gasta en sus desplazamientos– de carne magra muy fácil de desprender, ya que se encuentra principalmente en la piel y debajo de ella.

Su carne nos presenta alrededor de 100 calorías por cada 100 g, dos gramos de grasa, y 22 gramos de proteínas consideradas de alto valor biológico, ya que incluyen aminoácidos esenciales.

Tiene una importante presencia de minerales, como potasio, magnesio, fósforo y selenio –refuerza la protección contra enfermedades cardiovasculares, a la vez que estimula el sistema inmunológico–.

La carne de perdiz roja es una muy buena transmisora de hierro –alrededor de 4 a 7 mg/100 g– y es de elevada biodisponibilidad. También aporta vitaminas hidrosolubles del grupo B, como la tiamina, la riboflavina, la niacina y B6.

Discrepamos del refranero

¿Conoces el refrán “La perdiz, con la mano en la nariz”?

Sugiere que con de las aves abatidas en el campo, conviene dejar pasar unos cuantos días entre su caza y su tratamiento culinario para que la carne se mortifique.

Es cierto que en otras piezas de caza, como el jabalí o la liebre, es conveniente esta práctica, pero en el caso de la perdiz no es necesaria, y de un día para otro es suficiente para disfrutar de todas sus cualidades, sin sabores no deseados.

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