El boom de las hamburguesas smash
Si ya estáis hasta el moño de comer ‘fino’, volvemos a la normalidad con un plato que nos hace felices a todos: ¡las burgers! Y como ya hemos hecho casi de todo con ellas –recetas, su historia, copiar versiones de las más populares…- hoy os hablamos de una tendencia que se ha instalado últimamente y que le da un toque diferente a esta carne: el ‘aplastado’ de las hamburguesas smash.
Que las smash burgers o hamburguesas smash están de moda es tan cierto como que las patatas fritas son su mejor acompañamiento. Y si aún no te habías enterado, es probable que hayas estado viviendo bajo una roca. Solo hace falta darse un paseíto por TikTok e Instagram y ver cómo estas maravillas carnívoras se han apoderado de las pantallas. ¡Incluso los restaurantes están rindiéndose a sus encantos y las están metiendo en sus cartas como el plato estrella! Vamos, que si aún no lo has hecho, probar alguna debe estar sí o sí en la lista de propósitos para este año, ya sea visitando alguno de los locales donde las preparan o haciéndolas vosotros en casa. Pero antes de contaros los secretos para que os queden de 10, os descubrimos el origen de las hamburguesas smash. Porque, aunque algunos puedan pensar que su historia es relativamente reciente, no es para nada así…
El origen de las hamburguesas smash
Para conocer el fascinante nacimiento de esta receta debemos transportarnos a la década de los 50. Pero no nos perdamos en los rascacielos de las grandes ciudades de Estados Unidos, la verdadera cuna de las hamburguesas smash se encuentra en las zonas rurales, específicamente en Ashland, un encantador pueblo en Kentucky. Allí se encuentra el dinner Dairy Cheer, que en ese momento regentaba Bill Culvertson.
En un día que parecía como cualquier otro, a un empleado, sin más pretensiones que dejar estómagos felices con comida sencilla, se le ocurrió presionar la carne usando una lata de alubias sobre la plancha. ¡Y bingo! El resultado gustó tanto y logró tan buena acogida entre los clientes, que Culvertson alentó a su equipo a adoptar esta peculiar técnica, pero además tuvo la feliz idea de darle un nombre. Tampoco se complicó mucho… La nueva hamburguesa fue bautizada como smashburger. Y así, sin demasiada I+D que digamos, nació una estrella en el menú que, sin saberlo, estaba destinada a hacer historia muchas décadas después.
Pasos para convertirse en el héroe de la parrilla
Tras el boom de las hamburguesas enormes, de varias capas, chorreantes y hasta con pan de donut, las hamburguesas smash llegaron para proclamar que “menos es más” gracias a ingredientes que vuelven a lo esencial: carne, pepinillos, cebolla, ketchup, mostaza, ¡y voilà! Justamente, gracias a esta simplicidad, replicarlas en casa es pan comido.
Uno de los secretos para triunfar es elegir bien la carne. En este paso tenemos dos opciones. Por un lado, podemos decantarnos por comprar las hamburguesas ya hechas -nosotros las tenemos de vaca, ternera, Angus o Wagyu– y aplastarlas al gusto. La otra opción es usar carne picada, condimentarla como queramos y bolearla. Sobre la cantidad, hay que dejar de lado los 200 g que pesan algunas hamburguesas gourmet. Las smash deben ser más pequeñas para cocinarse a la perfección y que los bordes queden crujientitos; calculad alrededor de 60-90 g por cada una. Eso sí, para aquellos amantes de la carne que siempre quieren más, queda la opción de poner doble -o triple- capa de carne.
Después de aderezar la carne, es hora de formar bolitas y meterlas al frigo durante aproximadamente 1 h. ¿La razón? Cuando la carne picada está fría, la grasa permanece sólida y los jugos se quedan atrapados dentro de pequeños segmentos de fibras musculares, asegurando esa jugosidad perfecta. Sobre la plancha muy caliente (al menos a 150º) ponemos directamente, o bien la bola o la burger normal que hayamos comprado, y cuando ya se haya tostado un poquito ese lado la giramos y aplastamos con garbo durante unos 10 segundos. Lo ideal es hacerlo con una prensa de hamburguesas de hierro o acero inoxidable, pero también podemos usar una espátula que no se parta al hacer presión. Debe quedar una capa de carne muy fina para que se cocine rápidamente; así que cuando los bordes empiezan a estar crujientes, volvemos a darle la vuelta para que no se chamusque o quede reseca. Y como verlo siempre es más fácil que leerlo, aquí tenéis un vídeo de The Food Truck Store para que toméis apuntes.
Creatividad en los ingredientes
Aunque la receta tradicional lleva ingredientes sencillos, también podemos añadir a las hamburguesas smash caseras otros diferentes además de nuestra riquísima carne y conseguir platos muy, pero que muy divertidos. ¿Os animáis a hacerlas en versión mini? Así puedes comer “mash…” (jaja, perdón). A continuación, compartimos algunas ideas para inspirar vuestro paladar:
– Bacon cheesesmash: clásica pero deliciosa. Para que quede de 10, el bacon tiene que estar bien crujientito. Y cómo no… ¡bien de queso! Para esta receta, el cheddar es la clave.
– Smash afrancesada: oui, oui. Esta nos gusta mucho. Para prepararla añadimos micuit de pato y queso Reblochon. Para acompañarla… una buena copita de vino.
– Smash galleguiña: el norte no puede faltar en nuestras recetas. A esta smash le añadimos queso Tetilla D.O.P. y pimientos de Padrón (sin rabito). Si os toca alguno picante, seguro que le da un toque especial.
– Smash madrileña: Madrid, Madrid, Madrid… En la hamburguesa más castiza no puede faltar el queso La Cabezuela, unos ricos espárragos y cebolla caramelizada.
– Smash manchega: un mordisco a Castilla-La Mancha nunca viene mal. Esta es un poco más contundente, así que abrid bien el estómago. Para prepararla añadimos panceta fresca de cerdo y queso Manchego artesano curado D.O. ¡Se nos hace la boca agua!
Como veis, las hamburguesas smash son un lienzo en blanco para experimentar sin límites. Será por opciones ¿verdad? Lo que está claro es que se van a quedar en nuestra vida durante mucho tiempo. ¡Y no podemos estar más contentos!